Me pinché un dedo
cosiendo con la proa de un barco
los geranios ribeteados de espuma,
enmendando los jirones retorcidos del lecho.
Como el manto regalado en las bodas
a Tetis y a Peleo,
un trazo de bronce bordado
con un barco bordea la figura de un Teseo.
Teseo y Ariadna no se aman. Ariadna sí
pero a Teseo le chupa un huevo.
Es simple: A esperaba un X
T fue a hacer Y
A quiso que T fuera X
y Teseo usó a A para hacer Y,
y se fue, como quién sale de un supermercado.