miércoles, 12 de mayo de 2010

Cuando trajeron las piedras de los
barcos vacíos, no estaba escrito.
poco a poco, siguiendo con rigor
el estatuto infinito,
un centenar de italianos brutos
ensamblaron, imbuidos en un conocimiento nulo,
la trama de los adoquines.

Enfilados como las fetas de pan
lactal en el piso, cada adoquín
tocando a otros forma
un lenguaje, una premonición
estas hojas, la piecita de colores, tus dedos,
tus portapies verdes,
la casa lejos.

Poco, también a poco, también
la calle se cubre de asfalto, y bien, se cubre
la trama con el caos de trama
estrellas de piedra, sobre un cielo de brea.