se
vuelan con el viento
las
chapas, los años.
acá,
con las caras tan sucias no
somos
nadie. lo que se dice nadie.
no
tenemos ni tiempo, ni vida
ni
hambre, ni sueño, ni sueños.
ella,
por ejemplo, solo es Marcela.
No
tiene cuerpo, ni cuerpa, ni sexo ni sexa.
es
joven y vieja, y todavía no escribe.
Pero
yo la escribo.
cuando
el barro cubre las rodillas
se
pierde la noción del quién,
se
ensucia y se camina.
el
barro nos pone negros desde abajo,
y
hay que ayudarlo con las manos
o
tirarse al suelo.
llegan
los camiones
cargados
de bolsas
de
cosas
que
se pierden.
y
yo le rezo a la estampita de Tuñón
para
que se despierten
desde
el suelo los dientes que fuimos arrojando
a
nuestras espaldas,
para
que de los dientes de estos que ahora somos
y
que ahora mismo nos estamos deteriorando
surja
una raza de nuevo hombres
con
manos manchadas de barro
que
serán limpiadas Contra trajes y corbatas.