I.
Una mañana Juan Carlos sale a buscar unos frutos naranjas. Cierra la puerta de su casa con llave y deja la llave escondida en un árbol a la vuelta de su casa. Pedalea hasta el puente de fierro que queda a unos barrios de distancia. Bajo el puente crece una
pasionaria que se enreda en uno de los pilares del puente. Junta unos cuantos frutos y los lleva a su casa. Una vez allí, vomita, toma grandes cantidades de agua y se come los frutos.
II
En la habitación hay una puerta que da a la casa y una ventana que da al patio. En la ventana cortinas y una persiana que evitan que entre luz. La luz entra por una pequeña abertura que deja la puerta porque está entre cerrada y abierta.
En la habitación hay una nota que dice algo así como que el tipo se había matado para que lo entierren en la tierra, en algún campo o alguna plaza del pueblo, pero bajo la tierra, en un cajón con agujeros para que puedan crecer las plantas que iban a nacer de su vientre, es decir, para que se cumpla el oximoron de un ataúd del cual brote vida.
III
Hay cientos de flores que dan miedo, porque tienen colores un tanto fríos, pero son hermosas. Crecen en un descampado y tienen filas de dientecitos lilas y violetas. Si uno pudiera arrastrarse por el tallo de la planta y dar con las raíces se toparía antes con un cajón roído y un cajoncito de huesos, raído ya, sin carne.