lunes, 11 de junio de 2018

zuleika


Quería escribir algo sobre
Zueleica Esnal
pero apenas si sé moverme en
los renglones de la poesía.
No un poema. No quiero eso.
Se merecería una biografía. Una trilogía?

Hace días que leo en el encierro
las notas, las textas, las fragmentas de vida.
Trozos de textos rotos,
trazas de textas rotas por ratas.
Si la vida es un textx
puede romperse en astillas de papel
y caerse, volarse, perderse.
Nada se escribe ni se destruye solx.
Nada puedo escribir desde ahí.
Ahí, en #NOMECALMONADA leí.

Estudiando letras me reía de
que casi todo libro que leía lo había escrito alguien que
ya no estaba vivx. Repito. Me reía.
Eran texts de siglos atrás.

El shanto ahora se me carcome en la garganta
y no sube ni baja
me brillan los ojos
de dolor y rabia. Pero el nudo no baja.
Ahí, en #NOMECALMONADA leí.
“Me decidí anoche y acá estoy, o mejor dicho: estoy acá.
Suena tan lindo Zule... No sabés todo lo que significa para nosotras.
-Sí que sé.
-Lo mío terminó, digamos...pronto por suerte. Mi papá murió cuando yo tenía catorce.
Lo digo rápido porque si no empiezo a temblar: me violó a los cinco años. No es que me tocó o me hizo tocarlo a él: me violó directamente”.

Siempre pensé que muchx no se puede decir.
Escribí para no decir.
Y no puedo decir escribiendo más.
Hay que hacer. Y tampoco sé.
Sobre eso también escribí y pensé.

viernes, 5 de mayo de 2017

Según Wikipedia que dice que según
la real academia de la lengua española dice

el terror viene a ser una especie de miedo intenso
mientras que el horror viene a ser, o es,
un sentimiento intenso (quiero yo creer que negativo)
causado por algo espantoso.
El horror suele estar ligado a lo “paranormal”. Lo que está
en paralelo a lo normal, excediéndolo.

Y si busco la definición de espanto, cosa que hice y no encontré
en Wikipedia, vuelvo a toparme con sinónimos como terror, horror.

Después, la erudición literaria lleva a hallar el horror
en géneros literarios. El mecanismo de Correr la realidad para tapujonarla
con ficción. Cosa que para mí es como, usando un ejemplo burdo,
decir que el holocausto es como un género cinematográfico
que habla de un conflicto bélico y de campos de concentración.

Sentimos cosas que no se pueden nombrar, todo el mundo lo sabe
pero no es solo esa idea, tan nombrada ya de Pizarnik, diciendo
como una imposibilidad
“Explicar con palabras de este mundo que partió un barco de mí llevándome”

O de Olga Orozco preguntando
¿cómo nombrar con esa boca,
cómo nombrar en este mundo con esta sola boca en este mundo con esta sola boca?

Poetas han tratado de nombrar lo que acontece
o sucede
o explota en el ser cada vez que. Sentimientos internos
sensaciones difusas, no exteriorizables quizás con el lenguaje.

Si ellas no pudieron, tampoco yo, lo antes.
Si ellas no pudieron, tampoco yo
voy a poder nombrar lo que hay que tratar
de nombrar ahora.

Mencionar no es lo mismo que nombrar
el nombre tiene otra fuerza que no alcanzo.
Chicas muertas, chicas violadas, chicas quemadas
por su sus padres ayudados por sus madres,
por sus cuidadores, por el estado
por la indiferencia
por la sociedad
por el odio de clase
por el odio de género
por el odio de vida
por el odio a la individualidad
por el odio a la belleza

Enumerar mil nombres no es nombrar
describir el acto o la cuerpa muerta
que quedó después de eso,
con mayor o menor intensidad
violencia detallista naturalista no es nombrar,
hablar de una
hablar de cientos
hablar de cuarenta y una no es nombrar.

No merece ser nombrado eso. Aquello. Esto.
porque sucede ahí, acá y allá.
Pero hay que hacerlo. Hay que verlo. Hay que leer y horrorizarse
desde lo más profundo del vientre, sentir nauseas
sentir un espasmo innombrable en el estómago,
una sensación opresiva en el pecho
detrás de las costillas, un cambio de densidad
y de temperatura en la sangre que inyecta la vista
y el alma, una botella de vidrio y alcohol estallando dentro,
quemándonos. El barco que nos llega con su proa hiriente al pecho.
La boca que se espesa y enmudece.
Sentir ira, sentir pena y sentir odio. Aunque nada de esto sea bueno.

Porque no podemos hablar y decir que en el mundo hay algo
bueno si callamos todas estas manchas.

sábado, 4 de marzo de 2017

niuna ninguna



Solemos reconocer la fuerza
la fortaleza
al cristalizarse en un hecho concreto
y violento. En una pelea, una caza, un golpe.

Una pantera vegetariana nos carecería de fuerza.
Una boa vegana nos causaría quizá gracia.
Una araña comiendo hierba atrapada en su tela
no nos generaría el miedo ni la sospecha.

Mujeres bellas y fuertes se han ido.
Mujer bella la que lucha.

Pero, también, belleza hay en la que no.
En la que no pudo.
En la que no llegó. La que tuvo que tragar su
grito, morder sus labios y ver estallar sus propios ojos de dolor.
La fuerza que se impone carece siempre de belleza.
Fatal el día en el que el homo macho pene erectus
trazó de rojo sus dedos en la cara de la hembra, del hijo, de la hija,
del hermano débil, del padre viejito. Fatal el día de puertas cerradas,
de mujeres tendidas.

Pero

La fuerza que impone una lucha, el grito que destapa
las caras con sangra, la venganza de la mujer que logra levantarse
a espaldas de aquel que la despojó
el golpe, los carteles, el grito, el luto que incrimina,
la fuerza de #niunamenos, las uñas clavadas, los dientes con sangre y pelos.

Belleza sería mucho más mejor aún
que eso no. 

Que la mano alzada del hombre aquél que la levantó
ante Ella se hubiese desvanecido en el aire siendo ni siquiera polvo.

Que las lenguas que gritan se vuelvan ríos que los ahoguen.

Que los pitos que pretendan violar se vuelvan ratas voraces que devoren a sus portadores.


Que el entorno que genera
que el entorno que avala
que el entorno que produce
eclosione, se vuelva, se torne nada.

lunes, 14 de noviembre de 2016

casi dodecaedro

Escondida, entre las informes piedras
llenas de la mugre y la peste
de los días que les suceden,
que se suceden en el mundo
porque alguien incansable le dio rosca
y no puede el  mundo este más ya
parar de girar.

Escondida, entre las toscas informes
que tiempo ha dinamitaron
los obreros en la sierra
y que ahora están ahí,
del otro lado de la puerta blanca que da
al lado norte del patio.

Escondida, debajo o detrás
en el fondo hundida,
perdida o escondida.
Escondida allí o allá,
más del lado del portón y menos
del lado del patio del lado oeste.

Escondida ahí,
entre los cuerpos geométricos que vendrían
a formar las piedras, que son figuras geométricas de tres dimensiones
(largo, ancho y alto),
que ocupan un lugar en el espacio
y en consecuencia tienen un volumen.;
y están compuestos por figuras geométricas.

Escondida ahí, entre los poliedros
irregulares, que tan difícilmente podría describir y calificar
en este poema por su cantidad y por su misma irregularidad
escondida ahí,
como muestra de una claridad pasada
yace blanca una cuerpa redonda cuasi esférica
que dejé para encontrar luego.




viernes, 11 de septiembre de 2015

embarazo

Su cuerpo parecía ya una B, o una b o un 6.
Dentro de su cuerpo habitaba un 9.
Estaba preñada. Estaba feliz.

Digo estaba. Porque ahora no lo se.
Es que ella, que era un 6 o una b,
Se transformó ahora en un 9 con bracitos.

La panza comenzó a crecer,
Y fue tan grande de pronto
Que empezó a atraparla, a quitármela.

La sobrepasó primero en masa y volumen,
en peso. Empezó a tener brazos,
y luego piernas. Y ella comenzó a llorar
luego a callar, luego a entender.

Se entregó sin esfuerzo a esa absorción.
Dócil, sutil, indefensa y apenas contenta.
Sin resignación. Contenta.

La otra de pronto tuvo rostro
Y cabeza, y tetas gigantes.
Era inmensa.

Y yo ahora vivo con ella
Y ella me mira, y aun no habla.
Balbucea, con sus 12 meses.
La otra, dentro de la panza me habla
Me dice que me ama.

Y ella, tan grande, me mira.
Quizás me quiera, pero no la entiendo
Es como un bebe gigantesco,
Monstruoso, hermoso.
Mi hija, la otra, y ella.

Cientos de kilos de belleza. 

sábado, 6 de septiembre de 2014

granada

si pudiera desarmar la granada y
armar tu cara con píxeles rojos
y dulces y ácidos
darle forma
a los granos
y armar un cuerpo con tu
exacta forma

cada mordida de
cada jugo de cada grano
cada una de cada una

poner el despertador a las siete todos los días
aunque sea un trabajo de meses
doble turno

tomar el tren
de una punta a la otra
cosechar allá kilos de granada
para traerlas en una bolsa en el hombro
y luego armar
y formándote
así
tus dientes
tu lado derecho, tu izquierdo,
tu atrás y adelante
arriba y abajo.
toda así.

jueves, 29 de mayo de 2014

contra el radiador


   
la cantidad de mariposas

pegadas en el radiador no tiene nombre.
vuelan y se quedan ahí
pegadas en la fuerza

que hago al pasar,
como un cuadro de Donatello/Velasquez
deshaciéndose en la trompa del auto,
todo mirado de costado,
a 90 grados, primer plano,
en cámara lenta.

una nube enorme de mariposas verde claro
algo amarillas
que están ahí.
Sin culpa ni gloria.

El problema de los números
es que no tienen referente.
Decir cien mariposas amarillas verde claro

no es decir cuáles.

La mano de un leñador avanza,

su brazo, su cuerpo.
Un músculo usado para algo

y con eso el hacha
que se frena en la madera,
el rosario de intentos
y el músculo y el metal
pasando de lado a lado,


como el David dinamitado.