lunes, 10 de septiembre de 2012

un año










nos tropezamos con
la tele
y nos sentamos largo tiempo
a creer que podemos mover
las piezas de lugar, mover los días,
los cuerpos, el hambre.

estamos caídos en esa movida.

mirar el mundo hasta pulverizarlo haciendo nada.

entré a una casa que no se podía cambiar
queriendo cambiarla. no era cuestión
de pintura y cambiar los muebles de lugar.
y había un plasma ahí, que no cambiaba nada.

me sentí en la tierra
me senté en el hambre
y no tuve ni tierra ni hambre.

mirar el mundo hasta pulverizarlo haciendo nada.

“El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.”

mirar nada.

tocar el mundo hasta pulverizarlo.

“Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde”

tirar la granada.

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