
un eco
gritando todo el tiempo.
quieto ahí
mirando cómo
emigran los pájaros
en otoño.
mirar hasta secarse
gritar hasta secarse
correr hasta secarse
gastar hasta secarse
trepado en los árboles
en los molinos,
perdiendo el viento
y las hojas.
no recuerdo
de la segunda estrofa,
el tercer compás.
y me pierdo.
no son acaso,
ha dicho,
el verde y el amarillo
cada uno de los colores de la muerte.
las pinceladas en los ojos
hasta decir basta
no son acaso,
ha dicho,
el verde y el amarillo
cada uno de los colores de la muerte.
las pinceladas en los ojos
hasta decir basta
las imágenes de acá
ResponderEliminarhttp://redpeyote.blogspot.com.ar/
groso!
Qué bueno.. Qué lindo para ponerle música.. Soy yo Martín.. Sí, yo..
ResponderEliminaragarre la guitarra varón, y yo lo acompaño luego con el bajo o golpeando la mesa y un vaso
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