lunes, 11 de junio de 2018

zuleika


Quería escribir algo sobre
Zueleica Esnal
pero apenas si sé moverme en
los renglones de la poesía.
No un poema. No quiero eso.
Se merecería una biografía. Una trilogía?

Hace días que leo en el encierro
las notas, las textas, las fragmentas de vida.
Trozos de textos rotos,
trazas de textas rotas por ratas.
Si la vida es un textx
puede romperse en astillas de papel
y caerse, volarse, perderse.
Nada se escribe ni se destruye solx.
Nada puedo escribir desde ahí.
Ahí, en #NOMECALMONADA leí.

Estudiando letras me reía de
que casi todo libro que leía lo había escrito alguien que
ya no estaba vivx. Repito. Me reía.
Eran texts de siglos atrás.

El shanto ahora se me carcome en la garganta
y no sube ni baja
me brillan los ojos
de dolor y rabia. Pero el nudo no baja.
Ahí, en #NOMECALMONADA leí.
“Me decidí anoche y acá estoy, o mejor dicho: estoy acá.
Suena tan lindo Zule... No sabés todo lo que significa para nosotras.
-Sí que sé.
-Lo mío terminó, digamos...pronto por suerte. Mi papá murió cuando yo tenía catorce.
Lo digo rápido porque si no empiezo a temblar: me violó a los cinco años. No es que me tocó o me hizo tocarlo a él: me violó directamente”.

Siempre pensé que muchx no se puede decir.
Escribí para no decir.
Y no puedo decir escribiendo más.
Hay que hacer. Y tampoco sé.
Sobre eso también escribí y pensé.

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