Caminás por una vereda
en la que salpican, cuando las pisás,
todas las baldosas.
Y me tocás timbre
con el pantalón verde ensuciado
salpicado porque en esa vereda
está mi casa.
Yo te podo la ropa aguada
con mis dedos de tijera
para que al abrigo del fueguito
tomes té sentada, abriendo
los deditos del pie mientras
te beso la espalda.
todo esto es recontra groso
ResponderEliminar¡Guau! Me dejaste sin palabras...
ResponderEliminarSaludos
Què hermoso lo que escribìs! :)
ResponderEliminarUN beso!
sencillo y cotidiano, felices versos en días grises...
ResponderEliminarDe otro colega en un mar también de letras.